La historia de Uribe comienza hace millones de años, cuando el mar cubría lo que hoy es la costa de Bizkaia. Durante mucho tiempo los sedimentos y las pequeñas conchas de los organismos marinos se fueron depositando en el fondo marino, hasta que hace 40 millones de años las placas marinas chocaron entre sí elevando el fondo del mar. Poco a poco, el viento y el mar fueron erosionando los acantilados de Uribe hasta dejar al descubierto estos estratos, en los que podemos leer la historia de la Tierra, un verdadero tesoro para las personas interesadas en la geología y, al tiempo, un espectacular panorama para cualquiera.

Las fuerzas colosales que crearon el Flysch de Bizkaia plegaron y retorcieron los antiguos sedimentos para dejarnos hoy en día unos paisajes sorprendentes dignos de la imaginación de un artista, un fenómeno que se puede apreciar desde en los enormes acantilados de Punta Galea, en Getxo, y a lo largo de toda la costa de Uribe, como frente al puerto pesquero de Armintza, en Lemoiz, donde adquiere un curioso color negro; y especialmente en Barrika, donde los estratos surgen de la arena como si de un animal mitológico se tratase ,y aún se puede ver la pillow lava expulsada por antiguos volcanes. 

Otro de los lugares donde la geología forma un paisaje inolvidable es en San Juan de Gaztelugatxe, donde la roca, el mar, la naturaleza y las tradiciones se unen para crear una vista mágica. Subir los 241 escalones que llevan desde tierra firme hasta la ermita situada en lo alto de este islote tiene recompensa: además de las increíbles vistas sobre el litoral, cuenta la leyenda que en el último escalón está grabada la huella de San Juan Bautista, y que pisarla trae buena suerte. Y por si esto fuera poco, tocar tres veces la campana de la ermita ahuyenta los malos espíritus. 

En la costa de Uribe también se encuentran algunas de las playas más atractivas de Bizkaia, algunas fácilmente accesibles en transporte público desde Bilbao. Las hay tranquilas y familiares, escondidas y silvestres, perfectas para el surf o para soltar adrenalina practicando deportes extremos. En Sopela se puede disfrutar de cuatro playas: Barinatxe, un extenso arenal con zona nudista en la que es habitual ver parapentes sobrevolando el cielo; Arriatera-Atxabiribil, dos playas que se unen en marea baja muy frecuentadas por surfistas; y la pequeña y natural playa de piedra de Meñakoz, que comparte con Barrika. En esta localidad se encuentran, además, la salvaje playa de Barrika, con los estratos aflorando entre la arena, y la de Muriola, un pequeño arenal muy conocido por haber albergado el rodaje de la serie Juego de Tronos. 

La bahía que se abre en la desembocadura de la Ría de Plentzia tiene dos playas, la de Plentzia y la de Gorliz, tranquilos arenales en los que pasar el día en familia o con la kuadrilla y probar los deportes acuáticos en las calmadas aguas del Cantábrico. En Lemoiz, la playa de Armintzakalde está junto al tradicional barrio pesquero, en un entorno de especial valor natural, mientras que la playa de Bakio, la más larga de Bizkaia, es un destino habitual para practicar surf o disfrutar de la arena con el Biotopo Protegido de Gaztelugatxe como telón de fondo. 

Otro de los iconos de Uribe es el castillo de Butrón, fortaleza en la que se sucedieron cruentas luchas de poder en el medievo y que, llegado el siglo XIX, fue reconvertida en el castillo con aires románticos que se puede contemplar hoy en día en Gatika, con sus torreones surgiendo entre los árboles del fantástico jardín que lo rodea como si estuviese dentro de un cuento de hadas. La Edad Media también dejó un rico patrimonio en la comarca, como por ejemplo Torre Martiartu en Erandio, Torrebillela en Mungia, el palacio Anguleri en Larrabetzu, Zamudiotorre en Zamudio, o en las iglesias y ermitas que se pueden encontrar por toda Uribe. 

En el interior, los suaves valles del Txorierri y Butrón son un reflejo de los modos de vida de antaño, un verde paisaje de campiña salpicado por bosques, cultivos, huertos y baserris – nuestros caseríos. Precisamente, algunos de los baserris más representativos de Bizkaia se encuentran en Uribe, y se remontan a los siglos XVI, XVII y XVIII, por lo que tienen un alto valor arquitectónico y representan una forma de vida que hunde sus raíces en nuestras tradiciones, unidas a la tierra y al entorno. 

Y entre nuestras costumbres más arraigadas, la buena mesa tiene un lugar preferente. El origen de los productos que se utilizan en las recetas tradicionales de Bizkaia, en los restaurantes que ofrecen la moderna cocina creativa o en los pintxos, esas pequeñas delicias imprescindibles en las barras de los bares de nuestra tierra, vienen de las pequeñas explotaciones agrícolas de Uribe, donde también es posible degustar alguna de las recetas que han hecho famosa la gastronomía vasca e imaginativos platos recién salidos de la innovación de las cocinas de los restaurantes de la zona. 

No hay que olvidar que Uribe es también una de las zonas con gran tradición txakolinera de Bizkaia. Para las personas interesadas en descubrir los secretos de este vino joven y afrutado tan apreciado en nuestra tierra, nada como una visita a alguna de las bodegas que elaboran txakoli en la comarca después de dar una vuelta por los viñedos donde crecen las uvas. El referente del txakoli en Uribe es el Museo del Txakoli – Txakolingunea en Bakio, un espacio único para conocer la historia, la tradición y las características y el proceso de elaboración del txakoli, así como realizar catas para aprender a diferenciar los diferentes tipos y cualidades que existen. 

Rutas 

Los antiguos caminos que unían los pueblos de Uribe, las rutas que seguían las carretas de bueyes y las sendas que seguían nuestros ancestros durante siglos se han convertido en la GR 280 Uribe, un recorrido por los pueblos, lugares de interés cultural y rincones naturales de especial valor de toda la comarca a lo largo de 137 kilómetros divididos en siete etapas. 

En las diferentes etapas, entre acantilados, montes y valles se pasa por los barrios rurales de Urizar y Andraka en Lemoiz; el humedal de Txipio en Plentzia; el bosque de Sopelabaso y los túmulos prehistóricos de Munarrikolanda en Sopela; la torre Martiartu en Erandio; las zonas de Unbe y Lauroeta en Loiu; el alto de Berreaga en Derio; el núcleo rural de Fruiz

Tras pasar por Arrieta, el monte Itzurigana, Urtalde y los bosques de la ladera sur del Sollube, el camino llega al barrio Mesterika en Meñaka, desde ahí a Larrauri en Mungia, y, tras subir hasta la ermita de San Miguel de Zumetzaga, recala en la costa en Bakio. La ruta retrocede de nuevo hasta Larrauri y toma dirección Maruri-Jatabe para subir hasta la cima de Urizarmendi y descender después en dirección al barrio de Armintza, en Lemoiz. Desde aquí parte una ruta alternativa que une Plentzia con Gamiz-Fika a través de Mungia, visitando por el camino el Castillo de Butron, el molino de Bolu y el caserío Kafrangaetxebarri, para volver a enlazar con el GR280 en Fruiz

Finalmente, una etapa circular permite disfrutar de los tesoros históricos de Zamudio, Lezama y Larrabetzu, encontrando por el camino numerosos restos del Cinturón de Hierro, las torres medievales de Zamudio y Lezama, y la villa y la iglesia de Goikolexea en Larrabetzu

Por todo Uribe, puedes recorrer otras 44 rutas más cortas, ideales para realizar en un cómodo paseo y descubrir todos los rincones de esta comarca: los pueblos, las ermitas, los palacios y villas, los acantilados, el entorno rural, la geología, los ríos y regatos, las cimas de los montes, los faros… e incluso es posible seguir por Uribe la senda que han recorrido peregrinos y peregrinas durante siglos para llegar a Santiago por el Camino de la Costa que recorre Bizkaia, o practicar Nordic Walking en las rutas señalizadas con diferentes niveles de dificultad.