En el interior de Bizkaia se dan cita espacios naturales que se conservan intactos, cumbres cargadas de simbolismo, villas que reflejan el esplendor de su pasado comercial, tranquilos pueblos que mantienen intactos los usos y oficios de antaño, y lugares en los que se respira magia. Durangaldea combina tradición, patrimonio y naturaleza con aventura.

Estos son algunos de los imprescindibles para comenzar a descubrir todo lo que ofrec Durangaldea:

Parque Natural de Urkiola: los espectaculares paisajes alpinos de las cumbres de la Sierra de Aramotz son una de las mecas del montañismo y el senderismo de Bilbao Bizkaia. En el Parque Natural de Urkiola conviven los animales salvajes y las variedades arbóreas autóctonas con los modos de vida tradicionales, basados en el baserri - nuestros caseríos - y en el pastoreo de ovejas latxas. Este entorno mágico es el hogar de nuestra diosa Mari, que mora en una cueva escondida en la cumbre más alta del parque, el Anboto. El Santuario de Urkiola también guarda sus propias leyendas, como la que dice que dando vueltas alrededor de la piedra que hay frente al santuario se encuentra pareja.

Durango: desde el siglo XIII esta villa que creció a partir de las tres calles medievales de su casco histórico ha sido el epicentro de Durangaldea. Destacan el Arco de Santa Ana, una de las puertas barrocas de la antigua muralla, y la iglesia de Santa María, que cuenta con un magnífico pórtico de madera. Uno de los hitos más singulares de Durango es la Cruz de Kurutziaga, un monumento expiatorio erigido donde se quemó a las víctimas de los procesos contra la herejía en el siglo XV. Otros de los referentes son la Plaza del Mercado, la renacentista casa-torre de Lariz, la fachada decorada del Ayuntamiento, la medieval iglesia de San Pedro de Tabira o la plaza Ezkurdi.

Elorrio: el comercio hizo prosperar esta pequeña villa en los siglos XV y XVI, sembrando su casco antiguo de villas blasonadas y jardines: los palacios Arespakotxaga, Arespakotxaga Azkarraga, Zearsolo, Olazabal… son testimonio de una época dorada. También lo es el Palacio Arriola, lugar de nacimiento de San Valentín de Berrio-Otxoa, cuyos restos yacen en la Basílica de la Purísima Concepción, la más grande de Bizkaia por volumen y dotada de una espectacular decoración interior. Para descubrir la historia de Elorrio, es imprescindible visitar la Puerta del Campo, la iglesia de San Agustín de Etxebarria, el balneario Baños Viejos y los manantiales donde surge agua sulfurosa o la Fuente del Amor y su romántico entorno.

Necrópolis de Argiñeta: la ermita de San Adrián y los centenarios robles que rodean la necrópolis de Argiñeta confieren una atmósfera especial, casi mágica a uno de los lugares más misteriosos de Durangaldea. Los veinte sepulcros con inscripciones - los testimonios escritos más antiguos del cristianismo en Bizkaia - y cinco de las estelas funerarias ovales decoradas con símbolos astrales que se remontan a los siglos VII y IX forman este evocador conjunto en el barrio de Zenita, a las afueras de Elorrio.

El encanto rural: muchos pueblos y barrios de Durangaldea conservan la esencia del pasado, los ritmos naturales en lugares que parecen congelados en el tiempo. Los barrios rurales de Abadiño, Atxondo, Garai, Izurtza, Mañaria y Zaldibar presumen de caseríos centenarios rodeados de pastos y huertas, de ermitas escondidas en la sombra de los bosques, de imponentes casas-torre erigidas por los señores feudales, de campas en las que pastan los rebaños de ovejas latxas, de vestigios de la presencia humana en la zona desde tiempos prehistóricos y de ríos, cuevas y cumbres envueltas en leyendas.

Monte Oiz: en el centro de Bizkaia se alza el monte Oiz, una de las residencias de nuestra diosa Mari - que se traslada desde el Anboto bajo la apariencia de una hoz de fuego produciendo un sonido como el del trueno -, y lugar de culto para los habitantes de Durangaldea en la prehistoria, que dejaron dólmenes y túmulos en sus laderas. Además, esta icónica cima a 1.026 metros también era uno de los cinco montes bocineros, desde donde se llamaba a las juntas generales de Gernika haciendo sonar cuernos y prendiendo hogueras. Destino de referencia del montañismo en Bizkaia, desde la cumbre se puede divisar el espectacular paisaje de las comarcas de Durangaldea y de  Lea Artibai.

Campa Foral de Gerediaga: durante siglos los representantes de las 12 anteiglesias de Durangaldea se reunían en este lugar para decidir sobre sus asuntos, conformando uno de los sistemas parlamentarios más antiguos de Europa. Con vistas sobre el Parque Natural de Urkiola, el conjunto actual de Gerediaga está compuesto por la ermita de San Salvador y San Clemente, el roble símbolo de los fueros de Bizkaia, la cruz renacentista y la Campa Foral, una estructura circular con piedras que servían de asiento para cada uno de los representantes de los pueblos de la Merindad.

Paseos por la naturaleza: cruce de caminos entre la costa y el interior, en Durangaldea se puede disfrutar en plena naturaleza de recorridos para todos los niveles. Existen trayectos cortos como la Vía Verde de Arrazola por el valle de Atxondo a la sombra del Anboto, las rutas Norte y Sur para descubrir la naturaleza y el patrimonio de Iurreta, o el paseo entre Santa Marina y Santruan que conecta Zaldibar y Elorrio por un camino forestal. El Parque Natural de Urkiola también está lleno de senderos que se internan en el parque, dan la vuelta a Anboto, llevan desde Durango a Urkiola, o conducen desde el Santuario hasta Mañaria. Las cinco etapas de la GR 229 Mikeldi atraviesan todos los rincones de Durangaldea, mientras que la GR 38 Ruta del vino y el pescado pasa por el Parque Natural de Urkiola, Mañaria, Durango, Izurtza, Iurreta, Garai y Berriz, para dirigirse después a Gernika, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y Bermeo.

Tradición y cultura: Durangaldea es el hogar de algunos de los mitos más arraigados en Bilbao Bizkaia. Aquí viven Mari, la diosa que representa a la madre tierra, repartiendo su tiempo entre el Anboto y el Oiz y las lamias, seres con cuerpo de mujer y pies de pato o gallina que habitan cerca de los arroyos; y se puede seguir el rastro de los gigantes gentiles en los crómlech y dólmenes que hay por toda la zona. El euskera, nuestro milenario idioma, es otra de las señas de identidad de Durangaldea, y aquí se celebra cada año la feria del libro y el disco vasco, Durangoko Azoka, la cita de la cultura vasca más importante del año en Bilbao Bizkaia.

Aventuras al aire libre: la naturaleza es la protagonista en Durangaldea, una comarca en la que vivir infinitas aventuras. Algunos de los mejores planes en familia son disfrutar de la experiencia de convertirse en pastor de ovejas por un día en Abadiño o Urkiola, conocer la vida de los baserris en Elorrio, y visitar el Museo Hontza de Mañaria, dedicado a las ciencias naturales. También se puede visitar el viñedo y el interior una bodega para aprender sobre el txakoli en Elorrio, pasear por la naturaleza a en rutas a caballo por Amorebieta-Etxano, Berriz y Elorrio, o dejarse llevar por los paisajes más sorprendentes de Durangaldea en un tuk-tuk. Para los y las más aventureros, el Parque Natural de Urkiola está lleno de actividades como ginkanas, búsqueda de geopuntos, observación de aves o rutas de orientación. Y los amantes de la adrenalina no pueden dejar pasar la oportunidad de hacer rutas en bicicleta de montaña por Abadiño, escalar las paredes de Atxarte y de Untzillatx o internarse en la cueva Marco en el Parque Natural de Urkiola.