Recetas tradicionales de la gastronomía vasca

El pueblo vasco a través de su gastronomía: 3 deliciosas recetas tradicionales que te encantarán

En Bilbao Bizkaia encontrarás una de las mejores tradiciones gastronómicas del mundo, que incluye desde las recetas tradicionales más deliciosas hasta platos basados en las últimas tendencias de la cocina internacional. Y eso, por supuesto, sin olvidarnos de los exquisitos pintxos que puedes degustar en un sinfín de restaurantes, tabernas y pequeños bares.

Sí, Bilbao Bizkaia es, como decimos, tierra de gastronomía. De hecho, puede que incluso ese sea el motivo principal por el que nos hayas visitado o que te ha hecho interesarte por esta tierra.

La gastronomía es cultura, no cabe duda, y dice mucho sobre la historia, tradiciones y carácter de un pueblo. De sus circunstancias y su contexto. Por eso, sentarte a la mesa es una de las mejores formas de conocer Bilbao Bizkaia.

En este artículo queremos centrarnos en la gastronomía más tradicional de Bilbao Bizkaia y, más concretamente, obsequiarte con tres recetas que podrás no solo degustar si estás aquí, sino también preparar de forma sencilla cuando vuelvas a casa.

La mejor forma de llevarte contigo una parte inolvidable de Bilbao Bizkaia y, lo mejor de todo, compartirla con los tuyos siempre que quieras. ¡Toma nota!

 

Marmitako de bonito

Bilbao Bizkaia mantiene una relación íntima con el mar desde tiempos inmemoriales y, por eso, no resulta sorprendente que uno de los platos más conocidos y con más solera de esta tierra sea este clásico guiso marinero. Su nombre, marmitako, proviene de la marmita u olla en la que solía prepararse.

Unos pocos ingredientes, mucho cariño y un rato de fuego lento te bastarán para que el olor de la mejor tradición gastronómica vasca inunde tu casa.

 

Ingredientes

  • 400 g de bonito.
  • 700 ml de agua.
  • 400 g de patatas.
  • 100 ml de vino blanco.
  • 30 ml de aceite de oliva.
  • 1 cebolla pequeña.
  • 2 dientes de ajo.
  • 1 pimiento verde.
  • 2 cucharadas de tomate frito casero.
  • 1 cucharada de carne de pimiento choricero.
  • 1 pimienta de cayena.
  • 1 hoja de laurel.
  • 1 cucharadita de pimentón.
  • Sal.
 

Preparación

Lo primero es elaborar el sofrito. Para ello, ponemos a calentar el aceite en una olla y picamos la cebolla y el ajo. Cuando el aceite esté ya caliente, echamos estas dos verduras a la olla con un poquito de sal y dejamos que se pochen durante 5 minutos a fuego medio.

Ahora cortamos el pimiento verde en juliana fina y lo añadimos también. Lo mezclamos bien con la cebolla y el ajo y dejamos que la mezcla se cocine durante otros 5 minutos a fuego medio.

Añadimos el tomate frito casero, el pimiento choricero, el laurel y la pimienta de cayena. Mezclamos todo bien y después echamos el pimentón dulce y el vino blanco. Removemos de nuevo y dejamos que la mezcla se cocine durante otros 5 minutos a fuego medio para que el vino se evapore.

Pelamos las patatas, las troceamos de forma regular y las añadimos al sofrito. Las salamos, las cubrimos y dejamos que se cocinen durante 15 minutos.

Mientras tanto, preparamos el bonito: lo limpiamos, le quitamos la piel y lo partimos en trozos parecidos a los de las patatas.

Cuando las patatas estén cocidas, echamos encima los trozos de bonito, tapamos y dejamos que se cocine todo a fuego medio durante un par de minutos más.

Finalmente, retiramos el guiso del fuego y lo dejamos reposar, aún tapado, durante otros 5 minutos.

 

Bacalao al pil-pil

Continuamos cerca del mar con la segunda de estas recetas: el emblemático bacalao al pil-pil (la onomatopeya del sonido que hace la salsa al hervir), un plato que combina sencillez y sabor y que es de los primeros que nos viene a la mente cuando pensamos en gastronomía vasca.

 

Ingredientes

  • 4 rodajas de bacalao sin espinas.
  • 4 dientes de ajo.
  • Aceite de oliva.
 

Preparación

Lo primero es tener el bacalao en remojo desde el día anterior, cambiando el agua dos o tres veces, para eliminar la sal. Cuando llegue el momento de cocinar, lo desescamamos y lo limpiamos bien.

En una cazuela, ponemos a hervir el aceite de oliva y los dientes de ajo cortados en láminas. Retiramos los ajos cuando empiecen a coger un poco de color y los reservamos para después.

Echamos el bacalao y lo ponemos a cocer a fuego medio, siempre con la piel hacia arriba, durante unos 7 u 8 minutos, hasta que empiece a ablandarse. En ese momento, lo pasamos a otra cazuela, con dos o tres cucharadas del aceite caliente, y lo dejamos un par de minutos. para que sude.

Después ponemos la cazuela sobre un fuego bajo y ligamos la salsa utilizando el aceite restante, que ya estará templado. Movemos la cazuela con cuidado, asegurándonos siempre de que el bacalao no se rompe y de que no empiece a hervir, para que la salsa vaya engordando poco a poco.

Cuando la textura sea gelatinosa, el plato estará listo. Servimos con la piel del bacalao hacia arriba y los trozos bien cubiertos de salsa. Encima de cada trozo, ponemos un poco del ajo que habíamos guardado.

Alubias de Tolosa con sus sacramentos

Llegamos al último de estos platos, muy ligado al mundo rural vasco, típico de los caseríos. Es una receta sencilla, calórica, densa y deliciosa, que nos habla de un entorno en el que era necesario combatir al frío y hacer acopio de energía para el trabajo duro.

Ingredientes

  • 1 kg de alubias negras de Tolosa.
  • 5 l de agua.
  • Una cucharada de aceite.
  • Como sacramentos, morcilla, guindillas encurtidas, berza, lukainka (chorizo), costilla de cerdo y tocino puro.
 

Preparación

Ponemos las alubias en un puchero, añadimos el agua y subimos el fuego a máxima potencia. Cuando el agua comience a hervir, bajamos el fuego al mínimo y añadimos el aceite.

Ahora toca tener paciencia, ya que hay que esperar a que las alubias estén bien cocidas, lo que puede llevar entre 3 y 4 horas. En este punto, apagamos el fuego, añadimos la sal y dejamos que el plato repose hasta que la salsa adquiera una textura densa.

Es importante tener en cuenta que no hay que poner la alubia a remojo previamente ni tampoco removerla durante la cocción, para que no se rompa.

Cocinamos los sacramentos y, cuando estén listos, los servimos por separado, sin juntarlos en ningún caso con las alubias.