Historia de la baldosa de Bilbao

Un icono de Bilbao y Bizkaia, fabricada con virutas de hierro de Altos Hornos de Vizcaya.

Un poco de historia

  • A inicios del siglo XX, el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch ideó el ‘panot de flor’ o ‘flor de Barcelona’, un diseño de baldosa urbana con el dibujo de una flor de cuatro pétalos en el centro, creado para decorar el patio de carruajes de la casa Amatller. Dada la enorme popularidad que había alcanzado el ‘panot de flor’ de Puig i Cadafalch, su diseño fue uno de los cinco elegidos para recubrir el suelo de la ciudad condal. Así, la famosa flor se convirtió en uno de los símbolos más destacados del modernismo y de Barcelona.

  • Pese a la ausencia de datos exactos, parece que entre las décadas de 1940 y 1950, el Ayuntamiento de Bilbao diseñó en sus talleres del entonces Departamento de Vialidad, una adaptación de la “Flor de Barcelona” en losetas de cemento hidráulico de 20 x 20 cm. Otras fuentes defienden una datación anterior que se remontaría a las décadas de 1920-1930, período en el que serían elaboradas, bien por Eduardo Sáenz de Venturini o bien por la factoría de mosaicos “La Moderna”, ya en forma de roseta y con los cuatro canales laterales para desaguar correctamente en épocas de climatología lluviosa.

  • Lo cierto es que, con este nuevo diseño, se resolvían las necesidades del clima lluvioso característico de la zona al facilitarse el desagüe de las aceras: la nueva baldosa mantenía la flor de cuatro pétalos en el centro y, además, contaba con cuatro pequeños canales para drenar la lluvia de las calles. Gracias a esta pequeña modificación, las y los bilbaínos siempre podrían pisar sobre seco.

  • Las baldosas originales se fabricaron de manera artesanal, utilizando como principales materiales el hormigón, la arena gruesa, el agua y pequeñas virutas de hierro procedentes de Altos Hornos de Vizcaya, añadidas para evitar que los peatones se resbalaran. Actualmente, las baldosas están hechas de cemento, pero mantienen exactamente el mismo diseño que las primeras.

  • Con el tiempo, este símbolo urbano se ha convertido en uno de los iconos más representativos de la ciudad.