Decimos que la Ría dio un salto porque literalmente brincó por encima de sus aguas para crecer, por lo que ahora son los barrios de Abando (Primer Ensanche) e Indautxu (Segundo Ensanche, posterior).

La transformación de Bilbao de finales del XIX y de principios del siglo XX se asemeja a la que se está viviendo en la actualidad con el Nuevo Bilbao, que ha florecido en torno al Museo Guggenheim Bilbao. En ambos casos, la Ría del Nervión ha sido una pieza fundamental.

La burguesía bilbaína con la vista fijada en Europa, siguió el modelo de ciudades como Londres o París. La arquitectura del Ensanche es ecléctica, en concreto, la de la Gran Vía. Fachadas modernistas se combinan con edificios funcionales, barrocos o de estilo vasco, entre otros, dando como resultado una ciudad viva, que nunca deja de cambiar.

No puedes marcharte de Bilbao sin dar un paseo por la Gran Vía. Podrás mirar tiendas y admirar sus fachadas como la del Palacio Foral bajo la sombra de los tilos. Por las calles aledañas como Ledesma, Jardines de Albia o Diputación, donde se encuentra la acristalada Biblioteca Foral, podrás pasar a tomar un tentempié, en las mejores rutas de pintxos de la ciudad. Además de rutas gastronómicas, al lado, en la calle Ercilla y alrededores encontrarás otra zona comercial donde realizar tus compras. No olvides saludar a las Meninas.

Otro de los iconos de esta Bilbao cultural y cosmopolita es, sin duda, Azkuna Zentroa, la antigua Alhóndiga, un viejo almacén de vino reconvertido en un espacio cultural y de ocio innovador. Debe su actual nombre al alcalde Iñaki Azkuna, gran artífice de la transformación de Bilbao. La rehabilitación a cargo del diseñador Philippe Starck ha convertido sus 43.000 metros cuadrados en un enorme contenedor cultural que alberga conciertos, talleres, cafés, cines, gimnasio, biblioteca o exposiciones. Echa un vistazo a sus 43 columnas, cada una diferente, y al gigante sol que da la bienvenida en la entrada principal.

Colindando con el Nuevo Bilbao, en el verde remanso de paz que es el Parque de Doña Casilda, se alza el Museo de Bellas Artes, uno de los principales museos del Estado tanto por su amplitud cronológica, cubriendo desde el siglo XIII hasta el actualidad como por la enorme diversidad de autores presentes como El Greco, Francis Bacon, Chillida, Sorolla. Uno de los grandes museos de la ciudad, junto con el Guggenheim, a cinco minutos caminando.

Rutas

La ruta comienza por la Plaza Circular, con la estatua de Don Diego López de Haro, fundador de la villa en 1.300, junto a la Oficina de Turismo y a la Estación de Abando, puerta de entrada de Bilbao, que impresiona con su gran bóveda de hierro. Delante de la estación nos topamos con el edificio BBVA, el techo de Bilbao antes de que se erigiera la Torre Iberdrola.

En el Ensanche se entremezclan el Bilbao moderno y el clásico. Es idóneo para tus compras y sumergirte en su cultura

La Gran Vía fue el sitio elegido por los burgueses para ubicar sus bancos, comercios y casas palaciegas. Lo verás rápidamente en edificios imponentes como el Banco de España y el BBVA con unas colosales columnas que recuerdan a la Grecia clásica.

A través de la Alameda de Mazarredo, llegamos a Jardines de Albia, con cafeterías de toda la vida, paseos, bancos y jardines de lo más elegantes a los que se suma la iglesia de San Vicente, más vieja que el propio Ensanche.

En las calles del Ensanche se entremezclan el Bilbao moderno y el clásico. Es el espacio idóneo para hacer tus compras y sumergirte en cultura.

Volvemos por la Gran Vía y continuamos por Alameda Urkijo, escondido detrás de la sede de Correos descubriremos el Teatro Campos Elíseos, una joya modernista con una espectacular fachada art noveau donde puedes disfrutar de representaciones teatrales.

Siguiendo por la alameda, veremos las cúpulas de Azkuna Zentroa donde se fusionan el Bilbao más clásico y el vanguardista. Merece la pena visitarlo y apreciar el contraste entre las fachadas neobarrocas de Ricardo Bastida y la modernidad que le infundó Philippe Starck.

Salimos por la entrada principal en dirección a la plaza Moyúa. De camino, te sorprenderás con la sede de Osakidetza, de Coll-Barreu, un edificio de cien caras de cristal.

La plaza Moyúa es el centro neurálgico del comercio de Bilbao. Desde el parque del centro se pueden ver los montes que rodean al “botxo”, hoyo, de Bilbao. La arquitectura que la rodea va desde edificios clásicos con marcada inspiración europea como el Palacio Chávarri o el Hotel Carlton hasta los “fosteritos”, las modernas bocas del Metro, llamadas así por su artífice, el arquitecto Norman Foster, que también se encargó del diseño del propio metro.

Tomamos la Alameda Rekalde para admirar la Casa Montero, también conocida como “Casa Gaudí”, donde las formas naturalistas y atrevidas líneas del Modernismo rompen con la sobriedad de esta céntrica calle. Volviendo a la Gran Vía, dejaremos a un lado palacios como Sota y la Casa Lezama Leguizamón, ejemplos de viviendas burguesas de la época.

Así, poco a poco, veremos los árboles y la pérgola del Parque de Doña Casilda Iturrizar, benefactora bilbaína, el gran pulmón de Bilbao, lleno de jardines para jugar y descansar. No podemos pasar por este parque, conocido también como el Parque de los Patos, sin visitar el Museo de Bellas Artes, cerca de la Plaza Euskadi.