Uno de los mayores espectáculos que nos brinda el otoño es la explosión de colores que presentan la naturaleza y los parques naturales de nuestro Territorio. Subiendo al Gorbeia, el corazón verde de Bizkaia, y descubriremos sus pueblos, bosques, prados mientras hacemos cumbre; en Urkiola, hogar de mitos y leyendas, nos sentiremos con auténticos pastores cuidando un rebaño de ovejas; y podremos desentrañar los secretos que esconde la cueva de Pozalagua en Armañón, el paraíso de la espeleología

Más cerca del mar, podemos acercarnos a explorar la imprescindible Reserva de la Biosfera de Urdaibai, un paraíso natural entre la montaña y el mar, y observar desde Urdaibai Bird Center los miles aves que en esta época hacen una parada en sus marismas y en los acantilados de la zona; o dar un paseo entre tranquilas playas y acantilados de vértigo para conocer nuestro patrimonio geológico y el impresionante Flysch de Bizkaia. Por cierto, en los días con más afluencia no te olvides de reservar tu entrada gratuita para visitar San Juan de Gaztelugatxe.

Los valles del interior de Bizkaia, llenos de vida y de historia, son un entorno tranquilo en el que encontrar rincones mágicos en rutas y excursiones que se recorren a pie por los caminos que antaño recorrían el Territorio o disfrutando de un paseo a caballo junto a arroyos y a través de montes. Esta estación es un buen momento para alejarse del ritmo de la ciudad y hacer una desconexión rural en los tranquilos pueblos en los que la tradición aún sigue presente, preservada con gran mimo en los museos tradicionales. Y no podemos dejar pasar la ocasión de descubrir la artesanía y diseño vasco, que podemos encontrar en el comercio de toda la vida y en el más moderno de nuestros pueblos y ciudades.

Por su parte, la cultura continúa con su actividad en toda Bizkaia. En Bilbao la protagonista es la profunda transformación que ha experimentado en los últimos años, con el Museo Guggenheim Bilbao como buque insignia, lo que ha convertido la ciudad en un verdadero museo moderno al aire libre. En este proceso Bilbao no se ha olvidado de su corazón, el Casco Viejo, ni del patrimonio industrial que ha legado su pasado minero e industrial. Por libre o en una visita guiada paseando, en bicicleta, o incluso navegando en barco a lo largo de su principal arteria, la Ría, la ciudad nos desvela su historia y muchos de los secretos que esconde.

Bizkaia atesora un inmenso patrimonio cultural que explorar gracias a planes de día que nos acercan a los rincones singulares repartidos por toda su geografía: en la desembocadura de la Ría, uniendo Portugalete y Getxo, se alza el imponente Puente Bizkaia, Patrimonio de la Humanidad; en los lugares históricos como Gernika y su Casa de Juntas, en el monumental Durango o en la medieval villa de Balmaseda, el pasado cobra vida; y en las villas marineras como Ondarroa, Lekeitio, Ea, Bermeo y Santurtzi aún se mantienen la conexión de los pueblos pesqueros con el mar. 

El otoño también es un buen momento para olvidar el estrés y relajarse en plena naturaleza para recuperar fuerzas. Y mejor si lo compartimos con nuestra pareja en una escapada romántica repleta de planes únicos, como dejar que nos mimen en alguno de los balnearios o spas de Bizkaia; descubrir los secretos del txakoli y aprender a maridarlo en las bodegas y viñedos repartidos por todo el Territorio; o realizar un tour gastronómico para saborear lo mejor de nuestra cocina: los innovadores platos en modernos restaurantes, la calidad del producto de la tierra en los fogones tradicionales y, cómo no, los deliciosos pintxos que se sirven en nuestros bares.