La variedad de paisajes y de experiencias que ofrece Bilbao Bizkaia es enorme. Aquí se unen la vanguardia más rompedora con las tradiciones que hunden sus raíces en la noche de los tiempos; el olor a salitre del cambiante Cantábrico con el sosiego de los sombríos hayedos; el dinamismo de los pueblos de la costa con la tranquilidad de las poblaciones rurales; las cumbres que atrapan las nubes con los acantilados en los que rompen las olas.

Una semana puede ser suficiente para comenzar a descubrir todo lo que nuestro Territorio puede ofrecer y conocer algunos de sus principales atractivos. Pero, sobre todo, para enamorarse de Bilbao Bizkaia y empezar a preparar el siguiente viaje a nuestra casa, que también será la tuya.

Día 1 - El Bilbao del siglo XXI

Un buen punto de partida para comenzar a descubrir la capital de Bizkaia es el Museo Guggenheim Bilbao, el vanguardista edificio diseñado por Frank Gehry que se ha convertido en el icono de la transformación que ha experimentado Bilbao en las últimas décadas. Anclado junto a la Ría, el museo muestra su cambiante fachada compuesta por láminas de titanio que adoptan diferentes tonalidades según el color del cielo.

El espectáculo sigue en el interior del museo, tanto por su singular arquitectura como por la calidad de las obras expuestas, auténticas obras maestras del arte universal del último siglo. El arte también ha tomado los alrededores del Museo Guggenheim Bilbao, creando un paseo escultórico en torno al museo. Junto a la entrada principal da la bienvenida Puppy, el simpático cachorro cubierto de flores que se ha convertido en la mascota de Bilbao, mientras que junto al estanque del museo Mamá, la gigantesca araña de 9 metros de alto sorprende a los paseantes.

Tras pasar la mañana disfrutando del arte más rompedor, y tras reponer fuerzas en algunos de los muchos y buenos restaurantes de la zona, hay que pasear por Abandoibarra, la zona aledaña al museo, entre los parques y edificios que han ocupado este antiguo enclave portuario e industrial en la orilla de la Ría de Bilbao reconvertido en escaparate de la arquitectura mundial. En Abandoibarra se concentran obras de algunos de los arquitectos y arquitectas más renombradas del mundo: la Torre Iberdrola, la Biblioteca de Deusto, el Paraninfo de la UPV/EHU, el edificio Artklass, el Palacio Euskalduna… Todo un muestrario de la arquitectura moderna rodeado por paseos, zonas verdes y esculturas al aire libre.

Día 2 - Arte, compras e historia en el centro de Bilbao

El día siguiente puede comenzar con una visita al Museo de Bellas Artes de Bilbao, una completa pinacoteca en la que se exponen obras de primer nivel de todos los tiempos. Las obras de Goya, Zurbarán, El Greco, Murillo, Gentileschi, Gaugin, Sorolla, Bacon, Chillida, Tapies y Barceló, entre otros, están organizadas de una manera peculiar: en lugar del tradicional orden cronológico, los cuadros y esculturas se organizan en salas ordenadas por las letras del alfabeto, cada una de ellas con una temática, lo que permite ver la evolución que ha experimentado el arte en cada una.

Al salir del Museo de Bellas Artes de Bilbao, y tras disfrutar de un merecido descanso relajándose entre los frondosos árboles del Parque de Doña Casilda, lo mejor es tomar la Gran Vía desde la plaza del Sagrado Corazón - inconfundible por su escultura en un pedestal de 40 metros de alto - y sumergirse en el Ensanche, una de las principales zonas comerciales y financieras de Bilbao. Los edificios de diversas épocas y estilos del Ensanche albergan comercios tradicionales y actuales de todo tipo, restaurantes en los que darse un homenaje con lo mejor de nuestra gastronomía, bares en los que tomar un txakoli y pequeños parques y zonas verdes en los que descansar.

Aquí se encuentran la coqueta plaza Moyúa, la Biblioteca Foral, el espacio cultural Azkuna Zentroa, el Palacio de la Diputación Foral de Bizkaia, los Jardines de Albia, la escultura de Don Diego Lope de Haro -el fundador de la Villa en el año 1300-, la estación de Abando con su espectacular vidriera, la modernista Casa Montero, la joya que es el Teatro Campos Elíseos, y los ejemplos de la arquitectura burguesa Palacio Chávarri, Palacio Sota, Palacio Ibaigane o Casa Lezama Leguizamón. Algunas de las referencias para disfrutar del verdadero ambiente de ‘poteo’ de la hostelería en esta zona son las calles Ledesma, Maestro García Rivero, Licenciado Poza, Diputación o el entorno de la plaza del Ensanche.

Día 3 - Casco Viejo, el corazón de Bilbao

Desde el Ensanche se accede por el Puente del Arenal al Casco Viejo, centro histórico y corazón de Bilbao, un intrincado laberinto de calles medievales lleno de vida que surgió a partir de las Siete Calles originales. La puerta de entrada al Casco Viejo es El Arenal, un parque junto a la ribera de la Ría en el que se celebran muchos de los eventos más destacados de la ciudad, como la Aste Nagusia, el dominical mercado de las flores o el mercado de Santo Tomás, antesala de la navidad en Bilbao. También allí se encuentra el Teatro Arriaga, una referencia de las artes escénicas de la capital; el precioso kiosco de música que asemeja una delicada concha; o la sobria iglesia de San Nicolás de Bari con su vistosa fachada barroca. En uno de sus extremos se alza el Ayuntamiento de Bilbao, que destaca por su elegante escalera de entrada y las esculturas de la fachada, así como por el evocador Salón Árabe, el salón de recepciones decorado con una combinación de estilos árabes.

Ya en las estrechas calles del Casco Viejo hay que detenerse frente a la preciosa fachada de la Biblioteca de Bidebarrieta, disfrutar de los pintxos y los txakolis de las tabernas tradicionales de la Plaza Nueva, descubrir cómo vivían las familias pudientes de Bilbao en el Palacio Allende Salazar, en el Palacio Gortazar, en la Casa Mazarredo, o en el Palacio Arana - erigido en 1590, es el más antiguo que se conserva en Bilbao -, admirar el claustro gótico de la Catedral del Apóstol Santiago, visitar la extensa colección el Museo Vasco y el Museo Arqueológico para conocer la historia de Bilbao y de Bizkaia; acercarse hasta el Puente y la iglesia de San Antón para adentrarse en el lugar donde nació Bilbao y perderse entre los puestos de alimentación del Mercado de La Ribera, un paraíso para los amantes de la buena gastronomía.

Si aún queda tiempo, además de disfrutar del ambiente de las zonas de poteo y peregrinar de taberna en taberna en busca de nuestro pintxo preferido - Unamuno, María Muñoz, Santa María, Jardines, Barrenkale, Somera, plazuela Santiago,… - se puede visitar el barrio de Atxuri, uno de los más antiguos de Bilbao, o pasar al otro lado de la Ría y disfrutar del ambiente bohemio y multicultural de los antiguos barrios mineros, Bilbao La Vieja y San Francisco.

Otros puntos de interés en Bilbao que no se pueden dejar pasar son: las casas multicolores de estilo inglés del barrio de Irala, el mirador sobre la ciudad desde la zona de ocio del monte Artxanda; las rutas por el Anillo Verde de Bilbao por los montes que rodean la ciudad; el moderno estadio de San Mamés, hogar del Athletic Club y su museo; los paseos en kayak y las excursiones en barco por la Ría; las propuestas culturales alternativas en Zorrotzaurre; el ambiente portuario del barrio de Olabeaga, la ‘pequeña Noruega’ de Bilbao; o el interesante Itsasmuseum en el que descubrir la historia de la Ría de Bilbao y la importancia de la navegación para la ciudad a lo largo de la historia.

Día 4 - Ambiente marinero y Patrimonio de la Humanidad junto a la Ría

Desde Bilbao es muy sencillo acercarse hasta las localidades del entorno en excursiones de día gracias a Metro Bilbao, la espectacular obra de ingeniería diseñada por Norman Foster que recorre los pueblos de ambas márgenes de la Ría. En un breve trayecto, por ejemplo, se puede llegar hasta Santurtzi, un enclave en la bahía del Abra que conserva todo su aroma marinero. Después de visitar el puerto pesquero, la cofradía y el monumento con el que se recuerda a las sardineras que vendían las capturas del día de puerta en puerta, no hay que dejar pasar la oportunidad de probar las deliciosas sardinas que se preparan en esta localidad.

En un agradable paseo junto a la Ría se llega hasta Portugalete, localidad histórica de la Margen Izquierda. Es imprescindible visitar su casco histórico medieval, coronado por la excepcional Basílica de Santa María, el museo de la industria Rialia o y pasear por el Paseo de La Canilla.

Uniendo Portugalete con Getxo, al otro lado de la Ría, se alza majestuoso el Puente Bizkaia. El coloso de hierro, popularmente conocido como ‘el Puente Colgante’ es Patrimonio de la Humanidad desde 2006 por ser uno de los más destacados ejemplos de la arquitectura del hierro que caracterizó la Revolución Industrial en Europa. Además de ser un impresionante espectáculo, lo más sorprendente del Puente Bizkaia es que, desde su inauguración en 1893 no ha dejado de prestar servicio, trasladando a diario pasajeros y vehículos entre ambas márgenes.

Cruzando la Ría en la barquilla del Puente Bizkaia se llega al barrio de Las Arenas, de Getxo, donde comienza la Ruta de las Grandes Villas, un recorrido junto a la costa por las construcciones más representativas de la burguesía de Bizkaia a principios del siglo XX y disfrutar de los diferentes estilos arquitectónicos que hicieron furor en aquellos años entre las familias más acaudaladas del Territorio. Como recompensa al paseo, al final se llega al Puerto Viejo en Algorta, un típico barrio marinero que ha conservado todo su encanto, con estrechas callejuelas y casas pintadas de alegres colores, ideal para disfrutar de pintxos y potes viendo atardecer sobre el mar.

Día 5 - Descubriendo la costa

En barco, avistando ballenas, practicando deportes náuticos, descubriendo lugares mágicos cargados de historia, o simplemente relajándose junto a las aguas del Cantábrico, las opciones para disfrutar del mar en Bizkaia son infinitas. Desde Muskiz hasta Ondarroa, la costa de Bizkaia es una sucesión de acantilados de vértigo, playas de arena y roca, puertos pesqueros y estuarios.

Una de las mejores maneras de descubrir todo lo que la costa de Bizkaia puede ofrecer es acercarse hasta la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. El tramo final del Oka forma un auténtico paraíso natural entre el mar y la montaña al que acuden cada año miles de aves para descansar en sus largas migraciones, en el que las aguas ricas en nutrientes atraen a los grandes cetáceos y donde la vida silvestre autóctona florece en cada rincón.

Urdaibai es también un lugar para la historia, un enclave fundamental para entender lo que es Bizkaia. Allí se pueden descubrir la cueva de Santimamiñe, testigo de la presencia humana en la zona desde hace más de 14.000 años; el conjunto megalítico de Katilotxu y los restos de la Edad del Hierro del Oppidum de Arrola, los vestigios de la presencia romana del Conjunto Histórico de Forua o en la Necrópolis de Tribisburu, o la cima medieval de Ereñozar con sus sorprendentes enterramientos.

Igualmente histórica es la Casa de Juntas y el Árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas que rigieron los destinos del Territorio durante siglos. La villa también es tristemente famosa por el bombardeo que destruyó gran parte de la localidad, hecho que se recuerda en el Museo de la Paz. Y fundamental en el devenir de Bizkaia es Bermeo, una de las plazas fuertes del Territorio en la Edad Media, en el que se mezclan su importante puerto pesquero con los palacios de la nobleza medieval.

No hay que dejar de visitar alguna de las bodegas que hay en Urdaibai. En los viñedos situados en las laderas orientadas hacia el sur crecen las uvas que producen el txakoli, nuestro vino joven y afrutado ideal para maridar con el pescado que cada día descargan los barcos en los puertos pesqueros y que preparan con maestría los restaurantes de la zona. Otro de los grandes atractivos de esta comarca es, sin duda, San Juan de Gaztelugatxe, uno de los lugares más mágicos de nuestra costa. Unido a tierra por 241 escalones y coronado por una ermita, este lugar lleno de leyendas es un único.

Urdaibai también es internacionalmente conocido por la ola izquierda que surge en aguas de Mundaka. Frente al pequeño puerto pesquero de esta localidad marinera, surfistas de todo el mundo se dan cita para cabalgar sus 400 metros de largo que alcanzan los 4 metros de altura. Y para planes más tranquilos, por toda la zona hay playas y calas para todos los gustos: Aritzatxu, Hondartxape, Laidatxu, Toña, San Antonio, Kanalape, Laida, Antzoras, Laga…

Además de Urdaibai, por toda la costa de Bizkaia hay lugares espectaculares y mágicos por descubrir: los acantilados de Punta Galea en Getxo, las playas de Sopela, el Flysch de Bizkaia en Barrika, la bahía de Plentzia, las negras rocas en el puerto de Armintza en Lemoiz, la larga playa de arena en Bakio, el vertical pueblo de Elantxobe, el coqueto pueblo marinero de Ea, la isla de Garraitz y el Faro de Santa Catalina en Lekeitio o los puentes de Ondarroa.

Día 6- El interior, el alma de Bizkaia 

Entre altas montañas, estrechos valles y frondosos bosques, el interior de Bizkaia es parte fundamental de la esencia de nuestro Territorio, un lugar donde se conservan las tradiciones de antaño y donde aún hoy viven los mitos de nuestros ancestros. Localidades históricas en las que se mantiene una forma de vida ligada al entorno natural, baserris - nuestros caseríos - donde aún se respetan los modos de vida tradicionales y parques naturales en los que la vida silvestre autóctona florece.

La mejor muestra de la impresionante naturaleza que compone el interior de Bilbao Bizkaia son sus tres parques naturales: Urkiola, Gorbeia y Armañón. Cada uno de ellos ofrece paisajes y vivencias diferentes, y en todos se puede disfrutar de un sinfín de rutas con las que internarse en un entorno natural que se conserva intacto.

En el extremo más occidental del Territorio, el Parque Natural de Armañón es una rareza por su microclima, gracias al cual en sus valles crecen especies vegetales propias de latitudes más cálidas. Un buen ejemplo es el encinar de Sopeña, una enorme extensión arbórea que da cobijo a la fauna silvestre que vive en el parque. Aunque sin duda la joya del parque son las cuevas y simas que se internan bajo sus montañas, y especialmente la de Pozalagua, uno de los pocos lugares del mundo donde se pueden ver las estalactitas excéntricas. El decorado formado por las estalactitas y estalagmitas formadas a lo largo de los milenios es sobrecogedor.

El Parque Natural de Urkiola es otro de los lugares mágicos de Bilbao Bizkaia. Entre desnudos picos de roca viva y hayedos Urkiola es un auténtico refugio para la naturaleza y para 137 especies de animales y 700 clases de plantas. También es el hogar de los mitos de nuestras leyendas, y hay quien dice que, siguiendo las rutas senderistas que se internan en el parque, ha visto a Mari, nuestra diosa madre, saliendo montada en una nube de la gruta en la que vive a la sombra del Anboto. Urkiola también es un buen destino para quienes busquen el amor. Dando vueltas a la mágica piedra - un meteorito, según los lugareños - que se encuentra junto a la entrada del Santuario de los Santos Antonio Abad y de Padua se consigue pareja.

El Parque Natural de Gorbeia está dominado por la cima más alta de Bizkaia. Con sus 1.481 metros de altura, el Gorbeia es una de las mecas del montañismo vasco, a la que ya es tradicional subir para ver el primer amanecer del año. La ascensión a la cima y hasta su icónica cruz se realiza entre pastizales, bosques y un paisaje que deja sin aliento. Pero además de la cumbre, el parque está lleno de parajes sorprendentes: la visión de las rocas del Biotopo Protegido de Itxina alzándose hacia el cielo; la sorprendente ventana que forma la roca en el Ojo de Atxalur; las misteriosas leyendas de la cueva de Baltzola; el ecosistema único que forma una antigua turbera de Saldropo; o la fascinante atmósfera que crean las hayas trasmochadas del hayedo de Otzarreta.

Día 7- Los pueblos del interior 

El comercio, las labores del campo y el pastoreo llenaron de vida las poblaciones del interior de Bizkaia, que han sabido mantener el tranquilo ritmo que marcan las estaciones y un impresionante patrimonio cultural y arquitectónico a lo largo de los siglos.

En el lado más occidental de Bizkaia, Markina-Xemein es un cruce de caminos por el que aún siguen hoy llegando quienes peregrinan siguiendo el milenario Camino de la Costa de la ruta jacobea. Su centro está repleto de palacios y casas torre medievales y presume de tener la iglesia más grande de Euskadi, Sta. María de Asunción de Xemein. Otro de los lugares más singulares de Markina-Xemein es la ermita de San Miguel de Arretxinaga y las tres enormes rocas que se alzan en su interior.

Elorrio es otra de las localidades con encanto del interior del Territorio. Su casco histórico está salpicado por palacios, casas blasonadas y jardines. Localidad natal de San Valentín de Berrio-Otxoa, sus restos descansan en la inmensa Basílica de la Purísima Concepción. Y a pocos minutos del casco antiguo de la localidad se pueden descubrir las antiguas sepulturas medievales que forman el conjunto funerario de la necrópolis de Argiñeta.

A los pies del Parque Natural de Urkiola se encuentra Durango, una villa fundamental en la historia de Bizkaia que conserva su aire medieval en el trazado de sus tres estrechas calles comerciales originales y en monumentos como el arco de Santa Ana o el gigantesco pórtico de la iglesia de Santa María. Otro de los iconos de Durango es la Cruz de Kurutziaga, un crucero que se cree está relacionado con los juicios por herejía y brujería que tuvieron lugar en la localidad.

Orduña es la única localidad de Bizkaia que posee el título de ‘ciudad’, tal era su importancia para el comercio. La vida en Orduña gira en torno a la plaza de los Fueros, la mayor plaza ferial medieval de Euskadi, y los palacios de su alrededor, construidos por las familias que hicieron fortuna con el comercio entre la meseta y la costa. En la sierra que rodea Orduña se encuentra uno de los espectáculos naturales más sorprendentes de Bizkaia: el Salto del Nervión, la espectacular cascada de 270 metros de altura donde nace el Nervión, la gran arteria fluvial de Bizkaia.