En Bizkaia hemos sabido combinar la vanguardia con nuestras tradiciones, mirar hacia el futuro sin olvidar la conexión con nuestras raíces.

Y una de nuestras raíces más profundas, la que nos une a todos los vascos, es el euskera, nuestra lengua propia. De origen desconocido - aunque existen teorías para todos los gustos, como la que dice que es el idioma que se hablaba en la bíblica Torre de Babel -, el euskera se ha transmitido oralmente a lo largo de los milenios, por lo que existen diferentes variantes en función de las zonas donde se habla.

A pesar de las dificultades que ha atravesado, incluyendo la prohibición de ser hablado o enseñado a mediados del siglo XX, el euskera sigue vivo y creciendo en las calles, escuelas, universidades, medios de comunicación, empresas e instituciones de Bilbao Bizkaia, proporcionándonos la herramienta perfecta para expresar nuestra manera de entender el mundo. Kaixo, agur, mesedez, eskerrik asko, bai y ez (hola, adiós, por favor, muchas gracias, sí y no, respectivamente), son algunas de las palabras en euskera que cualquiera terminará usando durante su visita a Bilbao Bizkaia, aunque seguro que aprenderá muchas más.

Otra forma de disfrutar del euskera es asistir a los bertso saioak, encuentros en los que los y las bertsolaris improvisan versos cantados con métricas y ritmos concretos sobre diferentes temas propuestos, con el objetivo de emocionar al público, uniendo poesía, actualidad, humor y sensibilidad. Se trata de una antigua tradición que se puede disfrutar en sesiones improvisadas en tabernas, en torno a una buena mesa durante una comida o una cena, en las fiestas de los pueblos, y en los diferentes campeonatos que se organizan.

El deporte tradicional es otra de las expresiones que refleja la identidad vasca. Los herri kirolak, los deportes rurales tradicionales, nacen en el trabajo diario de los baserris - nuestros caseríos – del interior de Bizkaia, cuando se lanzaban desafíos sobre quién era capaz de hacer mejor o más rápidamente una tarea. Así surgieron modalidades tan competidas como la aizkolaritza (corte de troncos con hacha), la harri jasotzea (levantamiento de piedras), la sokatira (tirar de una cuerda), la sega (el corte de hierba) o la barrena (hacer agujeros en piedra con una barrena), que cuentan con campeonatos y que se pueden disfrutar también en exhibiciones y en las fiestas de los pueblos.

En cualquier pueblo de la costa de Bizkaia es habitual ver entrenar a las traineras, embarcaciones que avanzan por las aguas impulsadas por la fuerza de los brazos de las tripulaciones. Este deporte nace de las ‘carreras’ que disputaban las embarcaciones de bajura cuando, tras hacerse con las capturas del día, volvían a toda velocidad a puerto para vender las primeras la pesca y obtener así el mejor precio. Y como en Bilbao Bizkaia adoramos los retos, las regatas de traineras se convirtieron en un deporte que hoy en día sigue llenando las costas de aficionados y aficionadas que disfrutan con cada competición.

Otro de los deportes que forman parte de la esencia de Bilbao Bizkaia es la pelota. Practicada en los frontones de todos los pueblos, la modalidad más conocida tal vez es la pelota mano, en la que se golpean con la mano pelotas hechas de madera recubiertas de piel y cosidas con hilo para lanzarlas contra la pared del frontón intentando que el rival no la alcance. Otras modalidades son la pala y la cesta-punta, que utilizan estas herramientas para dar aún más velocidad a la pelota en competiciones por los frontones de toda Bizkaia. El sonido de la pelota golpeando en la pared, la velocidad que alcanza la pelota y la resistencia y la habilidad de los y las pelotaris de cualquier modalidad hacen de la pelota un deporte emocionante de ver y de jugar.

Otro de los espectáculos más coloridos del folclore vasco son las euskal dantzak, las danzas tradicionales vascas. Aunando música y baile, las espectaculares danzas transmitidas de generación en generación se apoderan de las plazas de los pueblos durante las fiestas y exhibiciones. Algunas de las más destacadas son la dantzari-dantza de Durangaldea, la kaixarranka de Lekeitio o la ezpata-dantza de Markina-Xemein, aunque tal vez la más conocida sea el aurresku, y en concreto una de sus partes, el agurra (saludo), que se baila en todo tipo de eventos y celebraciones para rendir homenaje a la persona invitada.

Además, en cada pueblo y rincón de Bilbao Bizkaia existen diferentes tradiciones y costumbres que festejan nuestra forma de ser y la herencia que recibimos de nuestros ancestros. Es el caso de los Montes Bocineros, las cinco cumbres estratégicamente ubicadas en el Territorio desde las que antiguamente se llamaba a las juntas que se celebraban en Gernika, símbolo de las libertades vascas. O la tradicional subida en año nuevo a la cruz de la cima del Gorbeia, el techo de Bizkaia con sus 1.481 metros sobre el nivel del mar.

Otras tradiciones más curiosas son la de lanzar una teja al mar durante las ‘madalenas’ para rememorar el día que Bermeo le ganó a Mundaka (la historia cambia según la localidad en la que se escuche) la posesión de la isla de Izaro en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai; o la salve de los txikiteros en el Casco Viejo de Bilbao, que el día de la Virgen de Begoña - la venerada Amatxu de Bizkaia -, en lugar de ir en procesión hasta los pies de la virgen, dejan de hacer sus rondas para tomar txikitos y pintxos únicamente durante un momento para cantar la salve desde el único punto de las Siete Calles desde el que se ve la basílica y volver de nuevo a potear. Hoy en día se sigue cantando el himno a la virgen en ese mismo lugar, en el que se hay instalada una talla de la Virgen de Begoña, la única que tiene un vaso de txikito en la mano.