Desde la cima del monte Oiz y hasta las azules aguas del mar Cantábrico, en Lea Artibai el agua ha dado forma a las colinas, los valles, los bosques, los caminos, las cuevas, las bahías, las islas y las marismas.

Para llegar hasta Lea Artibai no hay más que seguir la luz del Faro de Santa Catalina, el único faro visitable de Euskadi, que hoy como ayer sigue alumbrando el camino a las personas que se acercan hasta esta comarca en la parte más oriental de Bizkaia. El interior del faro guarda un centro de interpretación de la tecnología de la navegación para conocer de forma amena cómo se han guiado las personas que se han hecho a la mar desde la antigüedad y hasta nuestros días. 

Y es que, con 20 kilómetros de costa salpicada de acantilados, islas, playas y puertos, el mar es parte de la esencia de Lea Artibai. El ambiente marinero sigue vivo en Ondarroa, el puerto más importante del Cantábrico, donde aún hoy se siguen descargando los frutos del mar que recogen con esfuerzo las tripulaciones de las embarcaciones pesqueras. En la desembocadura del Artibai, la villa de Ondarroa llama la atención por las estrechas calles de su casco histórico medieval, por su Puerto Viejo, sus puentes de varias épocas y estilos, o por la ermita de Nuestra Señora de la Antigua y la ornamentada iglesia gótica de Andra Mari

Lekeitio, por su parte, está ubicada junto a la desembocadura del otro río que da nombre a la comarca, el Lea. Pasear por las calles de su casco histórico, por la impresionante Basílica de la Asunción de María y por el puerto es como trasladarse a la época en la que marineros y viajeros y viajeras partían desde sus muelles a descubrir nuevos mundos. Y en medio de la bahía, la mágica isla de Garraitz, a la que se puede acceder a pie únicamente cuando hay marea baja.

Este tramo de la costa de Bizkaia también ofrece inmejorables vistas del Cantábrico desde los miradores de Mendexa o del barrio de Asterrika en Berriatua, acantilados que caen verticales hacia las rocas, o playas para todos los gustos: la tranquila de Ogella, en Ispaster, que cambia de forma cada año en función de las mareas; la más urbana de Isuntza, en Lekeitio, perfecta para actividades en la arena; la de Karraspio,

justo al lado pero ya en Mendexa, con zona de recreo y una ola que invita a iniciarse en la práctica del surf; o la de Arrigorri, con múltiples servicios y 150 metros de fina arena en Ondarroa

Ya en el interior, con sus 1.026 metros de altura, el monte Oiz es conocido como el ‘Mirador de Bizkaia’ por las incomparables vistas que ofrece sobre la costa hasta Urdaibai y el litoral cercano a Bilbao, a un lado, y hasta los Pirineos, por otro. No es de extrañar que el Oiz fuese uno de los montes bocineros de Bizkaia, desde donde antaño se llamaba a asistir a las juntas que se celebraban en Gernika

En los pequeños valles que van desde el Oiz hasta el mar siguiendo los ríos Lea y Artibai entre bosques de alisos, fresnos, robles y avellanos, los pueblos han sabido conservar el carácter rural de la comarca. Amoroto, Etxebarria, Gizaburuaga, Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz y sus respectivos barrios mantienen las tradiciones y la cultura de un entorno rural y natural salpicado de hórreos, ferrerías, casas-torre, palacios, iglesias, ermitas, cuevas habitadas ya en la prehistoria, seres mitológicos que se esconden en lo más profundo de los bosques, baserris y prados. 

Entrada del Camino de Santiago en Bizkaia, Markina-Xemein, fundada en 1355, conserva su trazado medieval repleto de palacios, torres y edificios religiosos, incluyendo la inmensa iglesia de Santa María de la Asunción de Xemein, y la singular ermita hexagonal de San Miguel de Arretxinaga, que alberga en su interior tras grandes piedras. Cuenta la leyenda que quien pasa por debajo de las piedras tres veces sin tocarlas encuentra pareja en menos de un año… 

Ziortza-Bolibar también conserva un imponente patrimonio artístico. Este pequeño pueblo rural es especialmente conocido por ser el origen de la familia de Simón Bolívar, una relación que se explica detalladamente en el Museo de la localidad. Otro de los lugares de referencia es el Monasterio de Zenarruza, antiguamente una colegiata, cuyos orígenes se remontan al año 986, cuando un águila señaló la ubicación de la colegiata llevando hasta allí un cráneo del cementerio. 

Rutas 

Una de las mejores maneras de conocer Lea Artibai es dejarse llevar por los caminos de las rutas que la recorren, como el Camino de la Costa o del Norte del Camino de Santiago, una de las rutas jacobeas más antiguas y que entra en Bizkaia por Markina-Xemein y atraviesa Lea Artibai, para salir por la costa en Kobaron tras pasar por Gernika, el casco histórico de Bilbao o Portugalete cuatro etapas más tarde. 

La Ruta del vino y del pescado, por la que circulaban en la Edad Media los arrieros con sus cargamentos entre el mar y el interior, es perfecta para descubrir Lea Artibai. A la ida, las mercancías que llenaban los carros eran los pescados que se vendían en las lonjas de los puertos de Lekeitio y Ondarroa, sardinas, besugos y arenques conservados en hielo, en salazón o ahumados con destino a la Meseta, mientras que a la vuelta traían a la costa cereales, sal, vinagre y vino.

La ruta actual se divide en dos ramales que finalizan en Ondarroa y Lekeitio, con un recorrido de 22 y 21 kilómetros, respectivamente. Ambas arrancan desde Astoaga, en Ziortza-Bolibar y pasando por la Colegiata de Zenarruza, el Museo de Simón Bolívar, la histórica Puebla de Bolibar, la ermita de Santa Eufemia en Aulesti y la ermita de Santutxu, donde se separan. Desde allí, la ruta que se dirige hacia Ondarroa pasa por el encantador barrio de Asterrika, en Berriatua. Por su parte, el recorrido que lleva hasta Lekeitio lo hace pasando por Bolua y el centro de Amoroto antes de llegar al mar. 

Leako Ibilbidea - El Sendero del Lea es la ruta que sigue el cauce del río Lea a lo largo de los 23 kilómetros que separan su nacimiento en el monte Oiz, cerca de Munitibar, hasta que desemboca en el Cantábrico entre Lekeitio y Mendexa. Atravesando Aulesti, Gizaburuaga y Amoroto, la ruta discurre por un entorno natural jalonado por baserris - nuestros caseríos -, puentes, ermitas y, sobre todo, molinos, ferrerías y astilleros que atestiguan la importancia del Lea en la producción del hierro y de barcos en los siglos XVI al XVIII. 

El molino de mareas Manierrota, construido en Mendexa en el siglo XVI; la Ferrería de Bengolea, una de las más importantes del mundo en el siglo XVIII, y la Casa Torre de Bengolea, en la que vivió uno de los personajes claves en la evolución del valle del Lea, Pedro Bernardo Villareal de Bérriz, ambas en Gizaburuaga; y Bengolea XIV, en Munitibar, en el que ya en el siglo XIV existía una ferrería, son algunos de los hitos de esta ruta por la principal arteria de Lea Artibai

El Sendero del Urko, discurre a lo largo de 5 kilómetros para disfrutar al aire libre en plena naturaleza bordeando el río del mismo nombre en Markina-Xemein y Etxebarria; el tramo de la Ruta de la Costa (GR 123), conocida Vuelta a Bizkaia, que entra en Lea Artibai por Ispaster y pasa por Lekeitio, Mendexa, Berriatua y Ondarroa para terminar en Markina-Xemein; o la Ruta Amoroto y Santa Eufemia entre paisajes rurales y montañosos, son otras de las mejores rutas para descubrir Lea Artibai.