Porque a la vuelta de cada esquina, en cada calle, plaza o cantón surge una nueva sorpresa, el Casco Viejo es uno de los rincones favoritos de la actriz y cantante Itziar Ituño, a la que le encanta pasar las horas mirando los escaparates y comprando en los comercios tradicionales con mucho encanto, en las tiendas más actuales y en los establecimientos como los de las calles Correo y Bidebarrieta, dos de las arterias más comerciales y puertas de acceso al Casco Viejo desde El Arenal.

Y es que desde que Bilbao obtuvo la Carta Puebla y se fundó la Villa en torno a las calles Somera (o Goienkale), Artekale (la calle del medio) y Tendería (o Dendarikale) en el año 1300 - a las que más tarde que se unieron Belostikale, Carnicería Vieja, Barrenkale y Barrenkale Barrena para formar las famosas Siete Calles medievales-, el Casco Viejo tiene una clara vocación comercial, e Itziar siempre se encuentra con algún comercio interesante en el que curiosear, con un bar para tomar un pote y probar un pintxo o con un restaurante donde darse un homenaje.

En uno de los extremos de las antiguas Siete Calles está la Catedral de Santiago, Patrimonio de la Humanidad dentro de los Caminos de Santiago de Compostela. El actual edificio, construido sobre los restos de dos templos anteriores por los que ya pasaba la ruta Jacobea, es uno de los mejores ejemplos del gótico vasco. En su fachada neogótica llama la atención que sólo hay una torre, hay quien dice que porqué el presupuesto no alcanzó, aunque las crónicas dicen que no cabía.

Cerca de la Catedral está la calle del Perro, que toma su nombre de la Fuente del Perro, construida en 1800 y que tiene en cada uno de sus tres caños la cabeza de un león de estilo egipcio. Pero si son leones, ¿por qué se llama la Fuente del Perro? Cuenta la leyenda que las gentes de Bilbao no sabían muy bien como era un león, así que pensaron que lo que había en la fuente eran perros y con ese nombre se quedaron, tanto la fuente como la calle.

Donde las Siete Calles desembocan en la Ría, se encuentran la Iglesia de San Antón y el puente del mismo nombre, símbolos de Bilbao y presentes tanto en el escudo de la ciudad como en el del Athletic Club. Levantada donde incluso antes de la fundación de la Villa ya hubo un pequeño puerto y un almacén, y después un alcázar amurallado, la iglesia está llena de sorpresas, como los cimientos de la antigua muralla, el osario con los restos hallados en el cementerio que tenía en su interior, puertas que no llevan a ninguna parte o el atrio de la entrada principal, que en realidad son huella del palco del antiguo ayuntamiento, que se encontraba a su lado.

Junto a la Iglesia de San Antón encontramos el Mercado de La Ribera. El que era el mayor mercado cubierto de Europa y que en 1990 obtuvo el Guinness como Mercado Municipal más completo por número de comercios y puestos, ha sido remodelado completamente y continúa siendo una delicia para los sentidos con sus puestos de frutas y verduras, pescados, encurtidos, conservas y carnes y su zona de restauración.

El centro del actual Casco Viejo es la Plaza Nueva, una zona para disfrutar de las terrazas, de los locales de época que pueblan sus arcos, del mercado que se organiza los domingos y de los muchos espectáculos y eventos que se celebran en ella. Aunque tal vez el evento más espectacular que se haya celebrado en ella y una de las mayores bilbainadas de las que se tiene noticia se celebró en 1872 con motivo de la visita a Bilbao de Amadeo I de Saboya, cuando se inundó toda la plaza para crear un canal veneciano por la que navegaron góndolas. 

Todo esto y mucho más son las Siete Calles, el Casco Viejo, el alma de Bilbao