El Puente Bizkaia une las poblaciones de Portugalete y Getxo, situadas en ambas márgenes de la ría de Bilbao en un punto cercano ya a su desembocadura. Pertenece a la Autoridad Portuaria de Bilbao y en la actualidad es gestionado en régimen de concesión. Es un puente transbordador, de peaje, concebido, diseñado y construido por iniciativa privada entre 1887 y 1893. Existía la necesidad de comunicar las localidades balnearias y residenciales de Portugalete y Getxo sin que la navegación comercial se viese interrumpida, y el arquitecto vasco Alberto de Palacio y Elissague ideó varias soluciones al problema, decidiéndose finalmente por la de un «puente transbordador» para cuyo diseño contó con la colaboración fundamental del ingeniero y empresario francés Ferdinand Arnodin, experto en cables de torsión. En sentido estricto no se trataba de un puente, sino de una barquilla suspendida mediante cables cruzados de un carro móvil, el cual se deslizaba por los carriles dispuestos en la viga superior –también atirantada y colgada mediante cables– de una gran estructura porticada.

La viga superior del puente, fabricada por los Talleres de Zorroza, posee una luz de 160 m. y deja un gálibo de navegación de 45 m. sobre la pleamar. Se apoya sobre dos pilas dobles, una en cada margen, de la factoría francesa de Le Creusot, y colgaba originalmente de un doble sistema de cables atirantados desde las cabezas de las torres y de péndolas, soportadas éstas por los ocho cables principales, fabricados por Arnodin con alambre de las trefilerías de Firminy, que forman la catenaria entre ambas torres y están anclados en macizos dispuestos a 110 m de ellas en ambas orillas.

El Puente Bizkaia entre Portugalete y Getxo es el precursor de todos los demás. Surgió por iniciativa particular en un momento de gran optimismo industrial y económico. Se inauguró en 1893 y funcionó ininterrumpidamente hasta ser objetivo militar en la guerra civil, cuando el 16 de junio de 1937 se produjo una voladura controlada del anclaje de los cables, lo que provocó el desplome de la viga sobre el cauce.

Durante los años 2000, el puente fue objeto de una importante transformación que afectó tanto al puente en sí, fundamentalmente con la sustitución del carro y el sistema motor, la incorporación de dos ascensores y la habilitación de una pasarela visitable en la viga superior, como a la barquilla y a los embarcaderos y salas de espera en ambas márgenes.

Su pasarela panorámica situada a 45m de altura puede ser visitada, ascendiendo entre sus torres en un ascensor panorámico y también se puede disfrutar de un viaje en su barquilla, atravesando la ría de una orilla a otra, la cual está en funcionamiento los 365 días del año, día y noche.

El Puente Bizkaia se ha convertido en un recurso turístico de primer orden, siendo imprescindible su visita para conocer nuestro pasado industrial.