En Bilbao Bizkaia nos encanta salir a recorrer caminos y rutas y perdernos en plena naturaleza con la cuadrilla o con la familia, y cualquier excusa nos parece buena para calzarnos las botas y adentrarnos por las sendas de los montes y de los valles de Bizkaia. Incluso dar la bienvenida al año nuevo el uno de enero a 1.482 metros de altitud, contemplando el amanecer desde la cruz que decora la cima del Gorbeia, nuestra montaña más alta. El ascenso a su cumbre por el Parque Natural del Gorbeia es un recorrido por un espectacular paisaje compuesto por frondosos bosques de robles y hayas, campas en las que pastan las ovejas latxas que nos dan el delicioso queso Idiazabal, la cascada de más de 100 metros de alto de Gujuli y las laberínticas simas del biotopo protegido de Itxina.

En este mágico lugar, concretamente en la cueva de Supelegor, tiene una de sus moradas Mari, la diosa de nuestra mitología, aunque su hogar principal lo tiene en el Anboto, una de nuestras montañas más míticas y meca del montañismo de Bizkaia, en el centro del Parque Natural de Urkiola. En un entorno lleno de contrastes y de vida, en el que habitan nada menos que 137 especies de animales y 700 clases de plantas, las diferentes rutas por Urkiola nos llevan a paredes kársticas perfectas para la escalada, a recorrer el interior de los bosques o a descubrir el Santuario de los Santos Antonio Abad y de Padua y su enigmática roca que, cuenta la leyenda, ayuda a encontrar pareja si se dan siete vueltas a su alrededor. 

Otra de las sorpresas que guarda el interior natural de Bizkaia es el Parque Natural de Armañón, un hábitat ideal para águilas, buitres y murciélagos que gracias a sus rocas kársticos y su particular microclima brinda paisajes como el del Encinar de Sopeña, repletos de encinares y hayedos mediterráneos. Pero sin duda la joya de este parque son sus más de 200 simas, entre las que sobresale la cueva de Pozalagua, una catedral subterránea que alberga la mayor concentración de estalactitas excéntricas del mundo, que se entrelazan creando formas fantásticas en el interior de Peñas de Ranero

En Enkarterri también se encuentran el salvaje Hayedo de Balgerri, el más extenso de Bizkaia y especialmente espectacular cuando sus hojas se tiñen de ocres en otoño, y una de las cuatro Vías Verdes que hay en Bizkaia, la Vía Verde de Itsaslur, una senda

que recorre un antiguo trazado ferroviario de 2,2 km perfecto para recorrer andando o en bicicleta siguiendo el rastro de los restos de la arqueología industrial hasta el mar. En la misma localidad de Muskiz se encuentra el Castillo de Muñatones, la imponente fortaleza militar de la influyente familia Salazar. Y vigilando los caminos de Orozko aún se conservan los restos de otra antigua fortificación medieval, los del castillo de Unzueta. El castillo de Butrón, en Gatika, es otro de los edificios medievales que protegían el norte, aunque en el siglo XIX se convirtió en la construcción romántica que se conserva actualmente rodeada por un exótico jardín. Una casa torre medieval también es el origen del neogótico castillo de Arteaga, en la localidad del mismo nombre, reconstruido por Eugenia de Montijo en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. En cambio, el Fuerte de Punta Galea, en los acantilados de Getxo, fue diseñado mirando al mar para hacer frente a las incursiones piratas por la Ría de Bilbao

Rodeados por una naturaleza desbordante, los pueblos con más historia del interior de Bizkaia también mantienen un impresionante patrimonio artístico y natural, reflejo de su entorno y de las personas y los oficios que poblaron sus calles en el pasado. Por ejemplo, la histórica Elorrio, en la que las puertas que se abrían en la antigua muralla dan paso a palacios y casas solariegas de los siglos XVII y XVIII y a la Basílica de la Purísima Concepción, donde yacen los restos de su hijo más conocido, San Valentín de Berrio-Otxoa; o el antiguo enclave aduanero de Orduña, la única población de Bizkaia con el título de ciudad, que conserva la mayor plaza medieval de todo Euskadi muy cerca del impresionante Salto del Nervión

Orozko, enmarcado en un entorno dominado por montañas, bosques y baserris - nuestros caseríos-, es una de las puertas de entrada al Parque Natural del Gorbeia, mientras que Durango, una villa con más de 700 años de arte e historia a los pies del Parque Natural de Urkiola, alberga un Conjunto Monumental repleto de históricos edificios civiles y religiosos, como el monumental arco de Santa Ana, la Basílica de Santa María de Uribarri y su inmenso pórtico de madera, o la cruz de Kurutziaga, un extraordinario crucero gótico. 

Los palacios renacentistas y barrocos de Markina son muestra de su esplendoroso pasado, al igual que el claustro plateresco de la Colegiata de Ziortza o Monasterio de Zenarruza, a pocos kilómetros, que lleva nueve siglos acogiendo a las personas que peregrinan a Santiago de Compostela siguiendo el Camino del Norte. Como antaño, el también conocido como Camino de la Costa atraviesa Bizkaia desde Markina-Xemein hasta Kobaron recorriendo a su paso localidades históricas como la villa de Gernika, que alberga la Casa de Juntas y su famoso árbol, símbolos de las libertades de Bizkaia; la Basílica de Begoña, hogar de la 'Amatxu' más querida de Bizkaia, y la Iglesia de San Antón, en el corazón de la villa de Bilbao; o Portugalete, donde se puede admirar el Puente Bizkaia, testigo de la gloria que alcanzó la industria en el siglo XIX y uno de los cuatro Patrimonios de la Humanidad que tenemos en Bizkaia.